Andorra, ya no es paraíso fiscal
En 2018, Andorra dejó de ser un paraíso fiscal para la Unión Europea y la OCDE. Sus instituciones financieras han abandonado el secreto bancario y mantienen un fluido intercambio de información con otros países, una situación que minimiza el atractivo que tenía el Principado para que las grandes fortunas pudieran esconder ahí parte de su patrimonio. Mientras tanto, el turismo es el principal motor de su economía, pero se centra sobre todo en la temporada de esquí.
Las empresas y los empresarios que vienen encuentran un país donde disfrutar de una alta calidad de vida, un buen sistema sanitario y una muy baja tasa de criminalidad. Además, valoran muy positivamente la cercanía de un gobierno ‘business friendly’

Retos pendientes de Andorra
Dos de los mayores retos a los que se enfrentan las empresas con sede en los Pirineos son la captación de talento y la comunicación con el exterior, ya que sólo pueden entrar o salir por carretera.
Captación de talento
Comunicación con el exterior

El paraíso de los 'youtubers'
Ante la huida frecuente de millonarios youtubers a Andorra se alegó que podrían ser retenidos, lo que redundaría en beneficio de todos, si se les redujera la factura fiscal lo suficiente como para que les compensara quedarse.
En realidad, los youtubers se limitan a hacer lo que otros millonarios a los que se tiene por más respetables venían haciendo desde siempre. Y la pretensión de evitarlo reduciéndoles el pago de impuestos queda tan rotundamente desmentida por las cifras que cuesta creer que nadie informado lo proponga en serio.
Futuro laboratorio de tecnología blockchain
Andorra quiere diversificar su economía a través de la innovación. En un intento de reducir su dependencia del turismo de nieve, el gobierno está enfocado en atraer inversión extranjera directa e innovadoras startups que quieran experimentar sus soluciones en el pequeño país pirenaico
‘Blockchain’, ‘eSports’, ‘e-commerce’ y ‘fintech’ son algunos de los sectores tecnológicos innovadores que quieren desarrollar y a los que permiten probar sus soluciones a través de ‘sandbox’ regulatorios, una legislación que está cerca de aprobarse.

¿Por qué invertir en Andorra?
Andorra cuenta con un marginal máximo de IRPF del 10%, más de cuatro veces inferior al español; dispone de un tipo general en el tributo equivalente al IVA del 4,5% frente al 21% de nuestro país y el gravamen del Impuesto sobre Sociedades es del 10%, con la particularidad de que están exentos de tributación los dividendos que en España pueden llegar a pagar hasta un 26%, algo muy apetecible para los acaudalados contribuyentes que aspira a atraer el país vecino y útil en el usual recurso a las sociedades interpuestas de sus asesores fiscales.
Hablamos de los tres impuestos que aportaron cerca del 86% del total de ingresos tributarios a las arcas públicas españolas en 2019, el último ejercicio anterior a la pandemia, 182.163 millones de euros sobre 212.808 millones. Una fiscalidad como la andorrana es posible en un pequeño país con menos de cien mil habitantes que apenas ha de gastar en servicios e inversión pública, depende para buena parte de sus necesidades de la vecindad de países mayores y acoge a un elevado porcentaje de millonarios que aun con gravámenes muy reducidos contribuirán por cuantías muy altas al fisco. Sin embargo, a economías como la francesa o la española las conduciría a la quiebra en pocos meses.